Sí, has leído bien, pero te lo pongo otra vez porque es alucinante: “Pastillas bio-reguladoras de la respuesta a la radiación electromagnética”. Pero ¿esto que “pollah” es? que se preguntarían mis amigos “granaínos”, Tío Miguel y Juande. Pues es la descripción de este producto que puede adquirirse a través de Amazon. Si la “tontá” de las pegatinas no fue suficiente
Natursanix vende éste y otros productos de Equisalud, empresa radicada en Huarte, Pamplona (Navarra) en Amazon. En la descripción de Equisalud, en su web, dicen ser un “laboratorio de referencia en fitoterapia, complementos alimenticios y cosmética natural”. Su fundador, Antonio Vega, farmaceútico y Biólogo, lleva desde 1989, elaborando “complementos alimenticios” según ellos recomendados por profesionales de la salud como, entre otros, “naturópatas, homeópatas, sintergéticos, kinesiólogos, osteópatas, quiroprácticos, acupuntores y profesionales de la medicina tradicional china, medicina ayurvédica, medicina antroposófica y medicina integrativa“. Nada más que añadir, señoría. Si esas son “profesiones”de la salud, apaga y vámonos. Lo que más me sorprende es que en su web no se indica para qué son esos productos. Ahora volveré al HoloRAM Radi.
La otra empresa, Natursanix, nos dará un poco más de juego. Aunque Amazon indica que Natursanix está también en Huarte (¿casualidad?), la dirección empresarial que aparece es Principe de Vergara 36, 6º en Madrid (está desactualizada porque ya se han mudado). Alguno ya está pensando cosas porque ha leído estos dos post: uno de Luis Alfonso Gámez en su blog Magonia (“¿El origen del pánico electromagnético? sigan al dinero”) y otro de Mauricio-José Schwarz en su blog El retorno de los Charlatanes (“El negocio del miedo electromagnético”). Es la misma dirección en la que estaban registradas la Fundación para la Salud Geoambiental, Vivo Sano, Escuelas sin WiFi, Vive sin Radón y un larguísimo etcétera en torno a SilverSalud. Muchas de ellas, como es el caso de Natursanix, ya se han mudado a la nueva dirección en la C/ Sagrado Corazón de María 80, local B, pero todo indica que sigue siendo la misma historia que denunciaba Schwarz. Son una serie de fundaciones “sin ánimo de lucro”, campañas, movimientos, empresas, que venden toda clase de servicios a “módicos” precios, pero que, en mi opinión, lo que promueven es miedo y desconocimiento, alarmismo sin base científica para vender, después, otras cosas. Tengo pendiente escribir entradas en el blog sobre la Fundación para la Salud Geoambiental y Escuelas Sin WiFi, pero otro día. En el caso de Natursanix se definen como “herbolario online” desde el que, según ellos, venden “productos naturales y servicios de salud natural de comprobada eficacia“, como el HoloRAM Radi.
La familia de productos HoloRAM, dicen los de Natursanix, permiten regular los desequilibrios energéticos, actuar frente a procesos degenerativos, adaptación al estrés” y, lo mejor: “la activación de los sistemas naturales de protección de la radiación”. Alucinante. Bien, el bote de HoloRAM Radi cuesta en Amazon unos escalofriantes 74,88€ (formato ahorro de 180 cápsulas), y no se dan muchos datos sobre composición, indicaciones, etc.: “Bio-regulador de la respuesta a la radiación electromagnética. HoloRam Radi protege de los efectos energéticos nocivos de una amplia gama de radiaciones. Sus componentes energéticamente activados han sido balanceados para favorecer la activación de los sistemas de protección natural de los efectos nocivos de radiaciones de diferentes frecuencias”. En la web de Equisalud se da algo más de información, pero nada de indicaciones o composición exacta.
Llegados a este punto me surgen tres cuestiones: ¿Servirá para algo el HoloRAM Radi?, ¿por qué no hay un control sobre estas empresas radicadas en España y los productos que distribuyen? y ¿cómo es posible que Amazon no tenga un mínimo control y permita la venta de esta clase de mierda?
La primera tiene una simple y rápida respuesta: No. No tenemos ningún sistema de protección natural que nos proteja de las radiaciones y, por tanto, no podemos “bio-regularlo”. Si existiera, ¿para qué gastarnos ingentes cantidades de dinero en cremas solares o en sistemas de protección radiológica y dosimetría en las unidades de imagen o de radioterapia en los hospitales?
La segunda y la tercera, se contestan, también, rápidamente: por un lado la inacción y por otro la permisividad del Ministerio de Sanidad y de colegios oficiales de Médicos y Farmaceúticos, han llevado a nuestro país a una situación de extrema impunidad donde los vendedores de humo, campan a sus anchas y hacen negocio con el dolor y el miedo de la gente. Ya me extenderé un poco más sobre SilverSalud… Termino con el corto de animación ganador del Goya en 2013, “El vendedor de humo” (Jaime Maestro, 2012) de la escuela de animación www.PrimerFrame.com, que es fantástico y permite entender de qué estamos hablando exactamente:
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