Promoción del miedo electromagnético desde una universidad pública: la Universitat Oberta de Catalunya haciendo el ridículo.

Ayer, @mikeeltravieso me envió este tuit de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en el que dan consejos para “evitar la sobreexposición de los niños” a los campos electromagnéticos (CEM). Estando en verano y en plena ola de calor, uno esperaría recomendaciones para protegerse del Sol, pero no, al parecer, la peligrosa exposición a los rayos solares (también radiación electromagnética) no es la que preocupa a los profesores José Antonio Morán (Profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación y
Director del máster universitario de Ingeniería de telecomunicación) y Diego Redolar (profesor del área de Psicobiología y Neurociencias), quienes aparecen como autores del listado.

Siguiendo el enlace se llega a un “manual del perfecto magufo antirradiaciones” en el que se enumeran 10 recomendaciones para evitar la “contaminación electromagnética en niños”, algunas completamente absurdas, impropias de una universidad pública que debería velar por la información científica, responsable, veraz y contrastada. No, no se advierte de los efectos del uso del móvil sobre los hábitos de sueño, las relaciones interpersonales, el FoMo (fear of missing out), el incremento de suicidios en adolescentes o al conducir, entre otros efectos conocidos y cuya incidencia sigue creciendo. Por el contrario, se refieren a los inexistentes peligros de las radiaciones que emiten estos dispositivos (GSM, UMTS, LTE, Wi-Fi…) aunque ya en el propio tuit de la UOC se indica que “A pesar de que la gran mayoría de estudios indican que no hay una función causal de la exposición a campos electromagnéticos de frecuencia baja en los cánceres infantiles, siempre es mejor seguir estos consejos para evitar la sobreexposición de los niños”. ¿Acaso es adecuado que una universidad pública alerte de los supuestos peligros cancerígenos o de otro tipo, no demostrados, de nada? No sólo no es adecuado sino que es impropio e irresponsable. Veamos por qué.

Nada más leer el artículo, escribí un correo a sus dos autores, compañeros de profesión, alertándoles de las imprecisiones, errores y falacias que se habían incluido en el mismo. Pero no he recibido más que la respuesta automática de uno de ellos informándome de que está de vacaciones. Se ve que sólo algunos idiotas como yo, seguimos revisando la cuenta del correo (la llevo en el móvil)… incluso, respondiendo preguntas y consultas de alumnos y colegas… o estando atento a la convocatoria de proyectos del Ministerio…

Esos comentarios que también he enviado al twitter de la UOC sin recibir respuesta, son los siguientes:

1.- A día de hoy, a los niveles habituales de exposición humana a campos de radiofrecuencia de móviles, wifi o bluetooth pero también TETRA, TV, FM… no se ha demostrado ningún efecto sobre la salud humana.

2.- Si bien existen estudios in vitro o en animales en condiciones de laboratorio que describen efectos, los niveles y condiciones de exposición a los que se producen, distan mucho de los habituales, por lo que se debe ser muy preciso y evitar generalizaciones inadecuadas.

3.- Por ello, alarmar a la población, sobre todo desde una universidad pública, es irresponsable, especialmente teniendo en cuenta los intereses creados, especialmente en nuestro país, por pseudofundaciones, pseudoexpertos y algunos movimientos que se lucran con la difusión de estos
miedos infundados.

4.- La emisión de radiación por parte de tablets o móviles en casa es mínima. La principal fuente de exposición en el hogar es el teléfono DECT, aun así, los niveles son extremadamente bajos y no existe efecto acumulativo. Así que recomendar el uso de cable o bien la visualización de vídeos offline es
innecesario.

5.- Alertar sobre el uso de auriculares inalámbricos sin, por otra parte, aportar evidencia científica (ninguna de las recomendaciones la tiene), también es irresponsable. Las emisiones bluetooth son aún más bajas por lo que pensar en un efecto es aún más improbable.

6.- Alertar de los peligros de tener el móvil en la mesilla (lo de cargarlo ya tal) o de desconectar la Wi-Fi por la noche es propio de “La Contra” de La Vanguardia, donde la falta de rigor científico es la tónica general y nos cansamos de avisar de las chorradas pseudocientíficas que publican. Los niveles de exposición en estas circunstancias son despreciables, haciendo imposible ningún efecto, mucho menos efectos sobre el sistema inmunitario. Este tipo de aseveraciones alimentan la falsa creencia de asociación entre radiación y leucemia.

7.- Las neveras, como cualquier otro aparato doméstico, incluso la propia red eléctrica de la casa, emiten CEM de baja frecuencia (50Hz) por lo que hacer una referencia a estos aparatos, en el contexto que nos ocupa, es mezclar churras con merinas y una muestra de desconocimiento, pero que alimenta, como todo el artículo, ese miedo infundado. Los CEM creados por
electrodomésticos son mínimos y tampoco se han descrito, a los niveles habituales, efectos sobre la Salud (a parte del posible ruido y vibraciones, pero como decía este es otro tema).

8.- Lo del puré ya es de traca. No, el microondas no genera “efectos adversos sobre los alimentos” que, por otra parte, habría que saber qué es eso exactamente. Existe la falsa creencia de que los microondas vuelven cancerígenos los alimentos, si es que
eso fuera posible… por lo que una vez más, parece recogerse el manual del perfecto magufo que cree en estas cosas, en la homeopatía, en los chemtrails, antivacunas y ovnis… Suele ser un pack junto con los antitransgénicos y los pro-bio. Que Rusia los prohibiera
no significa que fueran o sean inseguros. De verdad que estos argumentos son absolutamente impropios de profesores universitarios pues parecen estar tomados de Ecoportal o de un vídeo de Mindala TV de YouTube. Gracias al apantallamiento de estos aparatos, estar cerca durante su uso, que suele ser generalmente breve, no supone tampoco ningún riesgo… ni en mujeres ni en nada… no mucho menos producen ningún cambio, mas allá del producido por el calor, en los alimentos. ¿Acaso dos profesores universitarios insinúan que la radiación no ionizante de microondas es capaz de modificar la estructura molecular y atómica de los alimentos? Es la peligrosa conclusión a la que se podría llegar ¿no?

9.- Llego a la parte de las recomendaciones que hace referencia a la cobertura o al número de antenas.¡Al fin algo que sí es cierto! Sí, así es, cuando hay poca cobertura, los móviles emiten más intensidad, pero nunca por encima (ni se acercan) a los niveles de seguridad. Por lo que tampoco hay que preocuparse por si hay o no hay cobertura, más allá de que con poca cobertura,
la batería durará menos y si se necesitáramos hacer una llamada de emergencia, podría no ser posible.

10.- Sobre los vigilabebés, insisto, a los niveles a los que funcionan todos estos dispositivos, en 30 años, no hay evidencia de efectos ni en el desarrollo físico ni cognitivo de los bebés o los niños. Lo mismo ocurre al usar el móvil con los niños en brazos… o que lo usen los bebés. Nada de nada.

11.- Obviaré dar respuesta a la explicación del porqué de la protección de niños que dan los autores. Si esa relación existiera y fuera así de clara, los móviles estarían prohibidos… por no entrar a explicar que homeostasis y radiación no tienen mucho que ver a los niveles y condiciones
habituales.

12.- Por último, el reciente estudio que se cita en la publicación sobre cáncer em ratas, no demuestra relación. Se trata de un tipo muy específico de cáncer en células cardíacas que se ha descrito en un tipo particular de ratas y en condiciones de exposición no reales. Los propios autores
indican que no pueden establecer una relación causal. Hay que ser muy cuidadoso con su uso, algo que los dos profesores de la UOC no son.

13.- Que ciertos países tomen medidas políticas sin fundamento científico no es argumento para establecer una relación. Les ha faltado citar la Resolución 1815 del Consejo de Europa o el Informe Bioinitiative. Por cierto que Francia ha limitado la Wi-Fi no por la radiación sino por las distracciones que genera… Además, y creo que esto es lo más grave de todo este asunto, la referencia
que enlazan (EHT) para corroborar la información no es adecuada… Por favor, seamos serios, que trabajamos en la Universidad… la fuente citada es de una de esas organizacion promotoras del miedo… como si citaran la Fundación para la Salud Geoambiental o DSalud o EMFscientist.org.

Por no complicarme demasiado, el último informe de la ICNIRP que ha revisado los niveles (y efectos) de los CEM de radiofrecuencia desmonta todas estas recomendaciones innecesarias: https://www.icnirp.org/cms/upload/consultation_upload/ICNIRP_RF_Guidelines_PCD_2018_07_11.pdf

En conclusión, la UOC debería retirar o eliminar ese contenido y preguntar a sus autores cómo llegadona elaborar ese funesto, inapropiado e innecesario listado.

Actualización 28 de noviembre:

El contenido no está en la web de la UOB. No sé cuándo se retiró. Aunque escribí un correo a los autores y a la UOB por Twitter, nadie contestó, pero me alegro de que finalmente ese contenido magufo, no esté en una web de una Universidad Pública.