¿Qué tontá me compro hoy?

Hace unas semanas me etiquetaron en un comentario en una publicación en Facebook de una, no sé si, empresa que se dedica a promocionar diferentes cachivaches que, según ellos, protegen a las personas de la radiación de móviles o wifis.

Si partimos de la base de que está protección es innecesaria, es evidente que serán productos innecesarios. Aunque leyendo sus publicaciones será fácil llegar a pensar que no sólo son necesarios sino que, además, como es lógico, funcionan. Porque si no, sería una estafa ¿no? El producto estrella parece ser una pegatina antirradiación que podremos pegar en nuestro móvil y así poder vivir completamente tranquilos. ¿Dónde la compro? pues junto a otros productos milagro, Amazon la ofrece al módico precio de 14,90€. En la descripción del producto no queda lugar a dudas: “Contrarresta los efectos negativos de las ondas electromagnéticas generadas por el teléfono móvil. Nuestro dispositivo de protección móviles está desarrollado para aliviar el malestar de aquellas personas sensibles a las ondas electromagnéticas. Nuestras pegatinas de protección contra las EMF de los teléfonos son versátiles y fáciles de usar. Tan solo debes pegar uno de nuestros protectores en la parte posterior del teléfono móvil. El protector de campos electromagnéticos es apto para móviles y tablets. El bloqueador de radiaciones electromagnéticas está fabricado en Alemania, uno de los países más punteros en tecnología en la Unión Europea“. Si está Alemania detrás, uno de los países más punteros, no lo dudo más. ¿Cómo resistir la tentación y no comprárselo junto a una batamanta o a una de estas cajas inútiles que yo he estado a punto de comprar alguna vez? ¿Cómo no comprarla junto a un trozo de orgonita o a unos espectaculares cáctus antirradiación (ionizante como se muestra en la imagen) o una fantástica funda bloqueadora de radiación para el móvil?

Con 4 estrellas de valoración, me tiro a los 12 comentarios a ver si hay alguien que dice que le funciona. ¡Bingo! El primero lo deja todo claro y resuelve todas las dudas, no sólo funciona en el móvil sino que se ha puesto una pegatina debajo de la cama y ahora duerme como un bebé (quien acuñó esta expresión no conoció a mi hijo el mediano): “Soy electro-sensible y en su día un medico de homeopatía me ha recomendado el protector de geopatia, el cual se pone debajo de la cama. Tras estar mejor y poder dormir por fin , me he comprado todos los productos de este fabricante alemán“. Menos mal que hay un comentario que dice “Es una pegatina, no tiene nada magnético y no entiendo muy bien q hace si es una pegatina super simple ni tampoco explica nada“. Aunque tuviera algo “magnético” tampoco haría nada.

Madre mía, ¿por dónde empiezo? Leo y releo la descripción del producto y me quedo con dos cosas: por un lado contrarresta efectos negativos y alivia el malestar al tiempo que, por otro lado, bloquea las radiaciones, ¿todas? Supondremos que sólo las de radiofrecuencia, porque si limitara las radiaciones ionizantes ya sería la leche. Bien, habrá que entender que lo primero es consecuencia de lo segundo, aunque más bien lo primero es consecuencia de la sugestión. Pero, ¿acaso una simple pegatina es capaz de violar las leyes de la Física elementales y generar un escudo protector capaz de bloquear los campos elecromagnéticos? Será fácil probarlo. Si pongo la pegatina a la radio o la pego a la taza de leche cuando la meto en el microondas, en el primer caso dejaré de escuchar Rock FM y en el segundo, la leche no debería calentarse nunca. Pero a nadie le llama la atención que podrás seguir usando el móvil como si nada, ¿acaso no es raro? ¿Es una pegatina inteligente que sólo bloquea aquellas radiaciones en la dirección que nos interesa? Bueno, pero ¿y si fuera capaz de bloquear las radiaciones? pues el móvil tendría que emitir más fuerte (mayor intensidad y, por tanto, mayor exposición) para poder llegar a la antena con claridad y su batería duraría mucho menos. En definitiva, que si funcionara, encima sería peor que no ponerla.

Habría que preguntar cómo puede funcionar esta chorrada al ínclito asesor de Discovery Salud, el catedrático de la Universidad de Alcalá, el profesor Bardasano, quien hace años lanzó su pegatina SaveWave y que no he conseguido comprar. Por cierto, que se puede confundir con Wavesafe (mejor esa “f” que una “v”), producto japonés (otro país puntero en tecnología y en magufadas como esta), “pendiente de patente” como suele ser habitual en todos estos chismes. Al parecer son poco originales hasta en los nombres y son numerosas las pegatinas que podremos encontrar en Amazon (no voy a entrar en qué cosas vende Jeff Bezos), alguna que alcanza los 150€.

Es insultante. Os cuento una cosa. Recientemente hemos solicitado presupuesto para una cámara anecoica para un proyecto de investigación en la que aislar completamente de campos electromagnéticos de radiofrecuencia un experimento que queremos realizar con ratones. Una cámara así nos cuesta entre 15.000 y 25.000 € y estamos hablando de una cámara cúbica de poco más de medio metro de lado que filtra un trozo del espectro muy limitado (radiofrecuencia), pues para cada frecuencia necesitaremos un apantallamiento específico. ¿Te has fijado en los agujeritos o malla que hay en el cristal de la puerta del microondas? pues está diseñada para filtrar 2,45 GHz. ¿Sabías que la penetración de estas microondas, de la misma frecuencia que las WiFis pero un millón de veces más intentas, tienen una penetración en los alimentos de unos pocos centímetros? Como se enteren en el Ministerio y en la ANEP (ahora ANECA) de que podría haber pedido presupuesto de unas cuantas pegatinas y haber reducido el coste del proyecto…

Seamos claros: ¿Puede una simple pegatina bloquear los campos electromagnéticos? No, es físicamente imposible. ¿Puede una simple pegatina aliviar el malestar de aquellas personas sensibles? No, pero al tratarse de una enfermedad que nada tiene que ver con los campos electromagnéticos cualquier cosa es posible.

Cuando me acusan de tener intereses económicos en todo esto, siempre pienso en esta clase de miserables que, aprovechándose del miedo y del dolor de algunas personas, venden toda clase de chiches que lo único que harán será sacar el dinero al incauto y enriquecer al que lo vende.